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El Discípulo Misionero trae vida a su parroquia

This article was posted on: September 13, 2021

“Con la ayuda del Espíritu Santo, las parroquias que fomentan la renovación de Fe y la formación de evangelizadores pueden transformar el mundo”.

Vivir como discípulos misioneros, EE.UU. Comité Episcopal de Evangelización y Catequesis

Estas son algunas palabras valientes. ¡Pero nuestra vocación, como miembros bautizados del Cuerpo de Cristo, exige valentía! En este mismo documento, vemos citada la súplica urgente del Papa San Pablo VI que nos dice: “necesitamos tener fuego en nuestros corazones, palabras en nuestros labios, profecía en nuestra perspectiva,” y “redescubrir el afán, el gusto y la certeza de la verdad que es nuestra”.

En una época pasada, frecuentemente se pensaba que este alto llamado pertenecía sólo a los cleros ordenados o religiosos consagrados; que debían de ser los superhéroes espirituales. El resto de nosotros, se suponía que deberíamos de seguir adelante, mantener la cabeza baja y hacer todo lo posible para obedecer los Diez Mandamientos. Afortunadamente, esta forma de pensar cambio por el Concilio Vaticano II, con su proclamación de la “la llamada universal a la santidad”.  

Ahora que tenemos esta llamada, ¿cómo se supone que vamos a responder? Vivir como discípulos misioneros acentúa el papel vital de la parroquia. La familia parroquial, dirigida por su padre espiritual, el pastor, debe ser un lugar no de mantenimiento complaciente, sino de misión ardiente. Debería estar llena de entusiasmo y devoción todos los días y no solamente el domingo. A través de nuestras vidas compartiendo la vida sacramental de la iglesia con nuestras familias. Los miembros de la parroquia deben de ser testigos a los demás y vivir una vida que es transformada y transfigurada por la presencia de dios.

Los obispos proporcionan guías prácticas en el documento sobre cómo lograr esto. Proponen que el pastor forme un “equipo de liderazgo de planificación,” para “discutir y visualizar cómo se vería una parroquia con una misión y una visión centradas en el discipulado misionero. T cómo se podrían cambiar o fortalecer los ministerios existentes para lograr esta visión.” Palabras como “colaboración” y “corresponsabilidad” aparecen a menudo en el documento titulado Vivir como discípulos misioneros. Claramente el pastor sigue siendo el Padre y líder, pero no es el portador de una carga solitaria.

Este modelo de colaboración ha sido el enfoque de una serie de movimientos recientes en la Iglesia, como Amazing Parish  (amazingparish.org), que ha estado dando frutos maravillosos en todo Estados Unidos, y en la Diócesis de La Crosse.

En el corazón de cualquier iniciativa parroquial de este tipo, es la oración para que este tipo de iniciativa tenga éxito. Como dicen los obispos, la fecundidad “depende primero de la conversión continua de los líderes pastorales y del encuentro personal diario con Cristo, permitiendo que el Espíritu Santo inspire y conduzca a todos los ministerios hacia el testimonio y el discipulado. Ya sea en la liturgia, la predicación, la catequesis y la educación. La administración o las obras de misericordia centradas en la dignidad de la persona humana y el cuidado de los pobres.”

Otra clave, además de la oración, es de educar a los feligreses (laicos) en la Fe. Este proceso formación en la Diócesis de La Crosse hay dos programas disponibles para los feligreses. El primer programa es el Instituto de Formación Laico que es un programa de dos años para que los participantes se acerquen a Cristo y a la Iglesia. Este programa ayuda la los feligreses a  profundizar su conocimiento de la Fe en una vibrante comunidad  de estudiantes (diolc.org/lay-formation). El Otro programa se llama  Franciscan at Home Online Learning System   (franciscanathome.org/diocese-la-crosse),que cuenta con una gran cantidad de  talleres gratuitos por la red de internet para todos los feligreses de la  diócesis por un año.Nosotros somos llamados a cooperar con Dios y unos con otros en una transformación que comienza con nosotros mismos, y se extiende hacia afuera. El documento llamado Vivir como discípulos misioneros sumariza esta llamada maravillosamente y nos dice que este es un sumo llamado: “Por la obra del Espíritu Santo. Cada persona bautizada se encuentra continuamente con Cristo en los sacramentos, especialmente en la Eucaristía, así como en las Escrituras y en otras personas. Después de reflexionar, orar y experimentar una profunda conversión y una confianza renovada en el mensaje del Evangelio, un seguidor de Cristo sale a evangelizar a los demás. El evangelizado se convierte en el evangelizador.”

Chris Ruff
Director de la Oficina de Ministerios y Asuntos Sociales

Published in the September/October 2021 Issue of Catholic Life Magazine

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